viernes, 17 de septiembre de 2010

Sólo una sombra

A veces no soy nada más que una sombra, más que una simple ficha de ajedrez, vivo bajo un cielo gris, sin felicidad, sin tristezas, sólo soy un vacío falto de vida. No hay negro, ni blanco, ni rosa, sólo un gris plomo y estático, una lluvia sin vida que cae monótona. No hay sueños, tampoco pesadillas, sólo mis pasos que me hacen dar círculos alrededor del mismo árbol. Ya lo sé de memoria, el mismo camino liso y transparente que no lleva a ningún sitio. Dime dónde la encuentro, dime dónde está el pozo de la vida, de la verdadera vida, para beber de él y sentir alegría.

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